¿Prejuicioso yo?
Por Esther Charabati*
Hablamos para informar, para cuestionar, para comunicar, pero también para agredir, para despreciar, para humillar, para ordenar, para desprestigiar. A veces hablamos buscando no el diálogo, sino la distancia. El prejuicio aleja en forma vertical, porque uno se siente superior al otro, al que probablemente sólo conoce en forma superficial y no desea conocer más. También aleja en la horizontalidad de la similitud humana, la que convierte al otro en un semejante.
¿De dónde surgen los prejuicios? De nuestras vivencias y de nuestros encuentros con gente más o menos cercana, más o menos parecida a nosotros. Aprendemos de sus ideas, de sus gustos, de sus costumbres… y de sus antagonismos: adquirimos consignas sociales que nos motivan a rechazar a los "diferentes" porque no son como "nosotros"… así construimos nuestra identidad.
Diversos investigadores señalan el prejuicio y la intolerancia como una descarga de agresión que puede ser generada por frustraciones económicas o de otro tipo. El individuo que no cuenta con los controles internos necesarios para hacer frente a la frustración, descarga en otro su hostilidad recurriendo a los prejuicios. ¿Y hacia quién dirige la hostilidad? Hacia el que es diferente y sobre todo al que la sociedad clasifica como "distinto". A lo largo de la historia un blanco típico para el odio han sido las minorías. (Y no olvidemos que este concepto es lo suficientemente amplio para englobar también a grupos mayoritarios pero vulnerables, como las mujeres o los indígenas).
No es difícil entender por qué la gente sostiene sus prejuicios, ya que percibimos la realidad a partir de una serie de ideas preconcebidas que no podemos estar cuestionando y que, además, nos ayudan a vivir. ¿Por qué los sostenemos cuando la evidencia nos dice que estamos equivocados? ¿Por qué desdeñamos a una persona por una sola de sus características? Ni siquiera nos lo preguntamos, pues es poca la gente dispuesta a sustentar un prejuicio verbalmente cuando es confrontada; es más común que lo actúe. Negar un cuarto de hotel a unos indígenas o a una pareja de homosexuales no es lo mismo que explicarles por qué lo hacemos. Cuando recurrimos a la razón no es para preguntarnos por la validez de nuestros prejuicios, sino para justificar nuestra conducta atribuyendo a todos los miembros de un grupo un defecto inadmisible. De esa manera, creemos demostrar que la causa del desprecio no está en nosotros sino en la naturaleza del discriminado.
Desmontar los prejuicios no es tarea sencilla pues no pasan por la razón; la lógica se revela incapaz de desintegrar convicciones que tienen raíces más profundas: tocan el lugar donde se juega nuestra identidad. Los prejuicios representan un piso firme en la medida en que me permiten sentirme superior y proyectar en otro las fallas que no quiero reconocer en mí. Unirme a un grupo que descalifica a cierto tipo de personas me brinda la fuerza de la pertenencia y me hace sentirme "alguien". Por eso, yo también tengo prejuicios; me toca decidir, a lo largo de la vida, si quiero enfrentarlos o actuarlos.
www.filosofiacotidiana.com
____________________________
muy cierto Esther!! es triste saberlo y no confrontarlo. etiquetar a las personas que son diferentes a nosotros, por como se ven, actuan o se comunican es lo mas facil, pero conocer su interior, saber que nos equivocamos y enfrentarlo no lo es.
ResponderEliminarQuien no tiene un amigo ahora, que al principio no lo soportaban, no le caia bien, o inclusive hasta hablaron mal por una tonteria?
Muy bueno el ensayo!
Muy bien tu comentario!!
ResponderEliminarY lo interesate Ximena es ver cómo este ensayo se conecta con la materia de Identidad y Cultura. Los prejuicios, dice Esther Charabati, son parte de la identidad: nos sentimos parte de algo que es diferente al otro. Pero como dice ella, en nosotros está confrontar y razonar ciertos prejuicios para darnos cuenta de que a veces solo los actuamos sin razonar. "La razón", el Dios de la Ilustración del siglo XVIII.
tiene toda la razon, pero yo creo que los prejuicios aparte de ser de como nos educaron de como crecimos y creamos nuestros prejuicios es algo cultural siento que cada region tiene prejuicios diferentes y aparte de tener algunos en comun entre nosotros tenemos diferentes pero es raro lo que puede ser algo insignificante para mi para otros es algo relevante , la pregunta es ?como podemos ir quitandonos tantos prejuicios como sociedad?
ResponderEliminarMuy buena pregunta Fernando. De eso se trata, que con una base de conocimiento encontremos solución a los problemas.
ResponderEliminarEsta sería mi respuesta:
Creo que lo primero es reflexionar sobre ellos. Si solo nos dedicamos a repetirlos --como dice Charabati, a "actuarlos"--, nunca haremos conciencia de tales prejuicios que están nuestra cotidianidad. Tal vez nunca aceptemos del todo a las personas que son diferentes a nosotros, pero si lograremos al menos respetarlas, base de la buena convivencia, habremos avanzado mucho.
Gracias por tu comentario.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarque pasa si le niego la habitacion del hotel a las personas solo por el no quererlos... por el hecho de que no me agrade su forma de ser, yo no estoy diciendo que sean menos que yo, yo no justifico mi acto; pues les estoy diciendo que no quiero que entren, no me importa si puedan pagar o no, el hecho es que a mi no me gusta... eso es prejucio?
ResponderEliminarAdrían, qué interesante (de causar interés) tu cuestionamiento. Invitas a toda una polémica. Y a toda una disertación; pero trataré de ser breve.
ResponderEliminarEn la forma en que aborda Charabati el asunto de los prejuicios, creo que evidentemente si negaras el cuarto a alguien por el hecho de que no te "agrada", sí estarías actuando con prejuicios.
A menos que niegues el cuarto a alguien por algo muy personal por un problema concreto con esa persona, por lo cual habría un motivo claro para rechazarlo, negarselo porque "me cae mal" efectivamente es por un prejucio. Solo que aquí entra el psicoanálisis, es decir los motivos ocultos que pudieras tener para rechazar a esa persona. Es decir, hay algo inconsciente que ha hecho que te remueva emociones y sentimientos, que pueden ir desde el rechazo hasta la repulsión. Creo que solo una instrospección podría sacar a la luz estos prejuicios.
Ahora bien, hay lugares donde se especifica un NRDA (nos reservamos el derecho de admisión), por ejemplo, en un restaurante elegante, donde si ven que vienes "mal" vestido, o tu aspecto físico es un prototipo de persona rechazada por los comensales, los clientes del lugar, se adjudican el derecho de no dejarte entrar. Aquí se está actuando conscientemente: "no entras porque no se debe dejar entrar a las personas de mezclilla, morenos y pelo lacio, porque me espantas a los clientes" Esto no es prejuicio, es cierto, es una política discriminatoria; sin embargo la política de admisión del restaurante está establecida de acuerdo, eso sí, a los prejuicios de las personas que suelen ir a comer ahí.
Ese es mi punto de vista, espero haber sido clara. :)
Gracias por tu participación.
“Por eso, yo también tengo prejuicios; me toca decidir, a lo largo de la vida, si quiero enfrentarlos o actuarlos.”< -- en este párrafo final de Esther Charabati, se menciona algo muy importante que será crucial para el destino que cada uno de nosotros tendrá como persona. Y es la palabra “decisión”, decidir si serás prejuicioso toda tu vida, o tendrás el razonamiento para saber en qué situaciones hablar y actuar.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Ricardo. Aunque una vez me comentaste que no debía darte las gracias puesto que era deber de los estudiantes participar en la clase; pero dado que no vi una respuesta así en el grupo, la participación en el blog se fue convirtiendo en un favor a quien escribe esto.
ResponderEliminarPero en fin, respecto a tu comentario:
Claro, tienes toda la razón: la voluntad es fundamental. Dejar los prejuicios es un hecho voluntario.
También dice la autora "a lo largo de la vida", esto significa que esta toma de conciencia de los los prejuicios es un proceso, ¿qué signifca esto?: que es cosntruida a partir de una experiencia y una reflexión.
Por ejemplo, creer que es de "ñoños" participar en blog, con el tiempo se darán cuenta que solo era un prejuicio.
Saludos y Suerte!!
jaja. Yo te dije eso? no recuerdo. Mi memoria se resetea seguido.
ResponderEliminarTienes razon, es cosa de voluntad, y tarde o temprano le "caera el veinte" a cada uno de nosotros.
y que paso!, ya me dijiste "ñoño". ya no comentare mas. haha.
NO, para nada. Di el ejemplo de que alguien no participara en el blog por el prejuicio: "es de 'ñoños' participar en el blog". Jajaja, pero no hagas caso de esto.
ResponderEliminar